sábado, 22 de febrero de 2014

[DIETARIO]. [ESCRIBIR]. [VALENTÍN MEDINA RODRÍGUEZ].














Hay que estar todos los días delante de la página en blanco. Puede que ocurra que te vengan a buscar las buenas palabras, las bellas, las irrenunciables. Ya no tengo que probar nada. A nadie. Únicamente a mí. Me doy caña siempre. Intento sacar lo mejor de mi interior. Soy alguien que escribo sin rumbo fijo, pero sabiendo lo que escribo, sin obedecer a dictado alguno. Observo, pienso, me equivoco, sufro, lloro, sonrío...; y no obstante me siento de esa manera completamente libre. No pertenezco a camarilla alguna: suelen haber algunos inútiles que te llevan por el camino del sectarismo y de no buscar la verdad allí dónde esté. Es parte del precio de la libertad intelectual que he elegido. Hay que vivir con ello, sin duda. Pero sé asimismo que todo hombre paga un precio en esta vida, mayor o menor: sea por el motivo o las razones que sean. Unos lo dicen y otros callan hasta reventar.  











































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