jueves, 16 de octubre de 2014

[DIETARIO]. [JUAN-MANUEL GARCÍA RAMOS]. [UNAMUNO Y NICOLÁS ESTÉVANEZ]. [DESDE LA SOMBRA DEL ALMENDRO]. [VALENTÍN-H. MEDINA RODRÍGUEZ].

Foto: "ESTÉVANEZ Y UNAMUNO" de Juan-Manuel García Ramos
"En su poema más celebrado, «Canarias», Nicolás Estévanez ya 
había defendido la condición «nacional» de nuestra tierra atlántica. 
«Canarias» se publicó por primera vez en la Revista de Canarias el 23 de diciembre de 1878 y con posterioridad fue editado en libro en Musa canaria, en 1900 (Madrid). 
Para el Domingo Pérez Minik de 1952, ya curado de algunas de las imposturas de la etapa surrealista, el «Canarias» de Nicolás Estévanez es «el fácil edificio de una metafísica y de una moral insular», y «el exponente serio de una generación y el más cercano a nuestras clases sociales y a nuestro pueblo». 
El poema está dividido en siete partes con diversidad métrica y no es difícil coincidir con don Sebastián Padrón Acosta, ni con el mismo Pérez Minik, a la hora de destacar la última de las partes del poema de Estévanez como la mejor trabajada por nuestro autor y, también, como la más representativa de su complicidad ideológica con el Francisco Pi y Margall autor del libro Las Nacionalidades (1876). 
Todos esos presupuestos teóricos gravitan sobre el poema de Estévanez con una claridad manifiesta: «Ni en los Estados pienso / que duran breves horas, / cual duran en la vida / de los mortales las mezquinas obras». 
El Nicolás Estévanez de «Canarias» no es, por tanto, el poeta local, parroquiano, que cree encontrar Unamuno en su primera visita a la isla de Tenerife y al que alude en su texto «La Laguna de Tenerife», incluido en su obra Por tierras de Portugal y España (1911) con una transcripción malévola de parte de los versos de «Canarias»: «Me 
apresuré a subir a la ciudad de La Laguna, a la ciudad de los Adelantados. En el camino os enseñan la casa nativa de D. Nicolás Estévanez, y junto a ella el almendro que él, D. Nicolás, ha hecho famoso. Pues él cantó diciendo: “Mi patria no es el mundo, mi patria no es Europa, mi patria no es España; mi patria es una choza, la sombra de un almendro”… etc. ¡Pobre del que no tiene otra patria que la sombra de un almendro!  Acabará por ahorcarse de él». 
La falta de generosidad del Miguel de Unamuno comentarista de Estévanez es sólo comparable al desconocimiento unamuniano por todo lo que significó la muy extendida teoría federal del siglo de su nacimiento". 
http://kioscoinsular.com/hemeroteca/estevanez_unamuno.pdf
https://www.facebook.com/SOMBRADELALMENDRO?fref=nf








"ESTÉVANEZ Y UNAMUNO" de Juan-Manuel García Ramos




"En su poema más celebrado, «Canarias», Nicolás Estévanez ya 
había defendido la condición «nacional» de nuestra tierra atlántica. 

>>"Canarias" se publicó por primera vez en la Revista de Canarias el 23 de diciembre de 1878 y con posterioridad fue editado en libro en Musa canaria, en 1900 (Madrid). 

>>Para el Domingo Pérez Minik de 1952, ya curado de algunas de las imposturas de la etapa surrealista, el «Canarias» de Nicolás Estévanez es «el fácil edificio de una metafísica y de una moral insular», y «el exponente serio de una generación y el más cercano a nuestras clases sociales y a nuestro pueblo». 

>>El poema está dividido en siete partes con diversidad métrica y no es difícil coincidir con don Sebastián Padrón Acosta, ni con el mismo Pérez Minik, a la hora de destacar la última de las partes del poema de Estévanez como la mejor trabajada por nuestro autor y, también, como la más representativa de su complicidad ideológica con el Francisco Pi y Margall autor del libro Las Nacionalidades (1876). 

>>Todos esos presupuestos teóricos gravitan sobre el poema de Estévanez con una claridad manifiesta: «Ni en los Estados pienso / que duran breves horas, / cual duran en la vida / de los mortales las mezquinas obras». 

>>El Nicolás Estévanez de «Canarias» no es, por tanto, el poeta local, parroquiano, que cree encontrar Unamuno en su primera visita a la isla de Tenerife y al que alude en su texto «La Laguna de Tenerife», incluido en su obra Por tierras de Portugal y España (1911) con una transcripción malévola de parte de los versos de «Canarias»: «Me apresuré a subir a la ciudad de La Laguna, a la ciudad de los Adelantados. En el camino os enseñan la casa nativa de D. Nicolás Estévanez, y junto a ella el almendro que él, D. Nicolás, ha hecho famoso. Pues él cantó diciendo: “Mi patria no es el mundo, mi patria no es Europa, mi patria no es España; mi patria es una choza, la sombra de un almendro”… etc. ¡Pobre del que no tiene otra patria que la sombra de un almendro! Acabará por ahorcarse de él». 

>>La falta de generosidad del Miguel de Unamuno comentarista de Estévanez es sólo comparable al desconocimiento unamuniano por todo lo que significó la muy extendida teoría federal del siglo de su nacimiento.>> 













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