EN DEFENSA DE RADIO SAN BORONDÓN
Al parecer corren tiempos de censura. Se buscan subterfugios administrativos para aplicarla. Yo defiendo la libertad de creencias y de palabra. El único freno a expresarnos libremente respetando a los demás es, a mi entender, el código penal.
La opinión política contraria no debe suponer un castigo. Más bien significa un enriquecimiento en las sociedades libres, donde la dialéctica de las ideas impere sobre la dialéctica de la fuerza y el caciquismo. Y yo creo vivir en una sociedad bastante tolerante. "Ergo": sobra lo demás.
Radio San Borondón no oculta sus ideas. Defiende su ideario de izquierdas, y a él se debe. No engaña a nadie. Incluso podemos cambiar de dial, si no nos gustan sus opiniones y análisis. Es la capacidad propia de escucharla o no hacerlo. De seguir todos sus puntos de vista, algunos o ninguno. Es la bendita decisión de elegir a nuestro libre albedrío.
Aquí la sevicia corresponde al Gobierno de Canarias; a esa institución que tiene nombres y apellidos en su presidente y en sus consejeros. Aplica su poder para ir en contra de un medio que no le es servil. Persevera en el error de ocultar las verdades que no le gusta matando al mensajero. La altivez que delata a nuestro ejecutivo es muy mala consejera: es pan para hoy y hambre para mañana. Nos veremos próximamente en las urnas.
Son, en los momentos de desunión ciudadana, cuando el poder arrecia su ataque. En estos instantes TODOS DEBEMOS SER RADIO SAN BORONDÓN.
La deuda que tenemos es la de ser conscientes del sentido de la palabra libertad, no de la palabra en sí misma.
No hay comentarios:
Publicar un comentario