miércoles, 23 de mayo de 2018

[dietario]. [discurso de graduación para la promoción (2016-2018) de Bachillerato de Humanidades y Ciencias Sociales]. [valentín-h. medina rodríguez].






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PALABRAS PARA MIS ALUMNOS Y APADRINADOS DE HUMANIDADES Y CIENCIAS SOCIALES



VALENTÍN MEDINA RODRÍGUEZ







Siento no estar ahí, ahora, con todos ustedes. Una noche especial esta del 25 de mayo de 2018 que les será muy difícil olvidar. Pero la vida, en ocasiones, da cornadas de las que tarda uno en reponerse. Seguro que estaré, más temprano que tarde, en la forma física y mental que esta profesión requiere.

Primero, un reconocimiento a los que han terminado con todo aprobado. Pero unas palabras de aliento a los que les queda un último esfuerzo: porque "tarde se olvida lo que se aprendió con largo esfuerzo". Y un vívido recuerdo a los que hoy no están aquí con sus compañeros y que iniciaron con ellos el curso. Por las circunstancias que sean. "Cometiendo errores se aprende". Pero no se desanimen allí donde se encuentren. Por encima del desánimo existe un valor supremo. Este no es otro que entender que  "el espíritu sin la enseñanza no puede dar fruto", al menos plenamente. Nunca olviden, todos, los presentes y los ausentes, que cada uno de ustedes es una vida única, y, por tanto, una esperanza de presente y de futuro.   

Decía ALBERT CAMUS: "Todo hombre desea que se reconozca lo que es o quiere ser". No sé si soy un buen profesor aún. Pero procuro serlo. Así y todo ustedes me han proporcionado el honor de pronunciar estas palabras. En tal sentido debo entender que esta distinción no se confiere principalmente a mi persona, sino a mi labor docente realizada en pro de ustedes. Un trabajo que ha sido duro en ocasiones, pero que va en nuestra vocación y en nuestro sueldo. Empero, analizando globalmente nuestra relación, mis queridos alumnos, encuentro muchos más momentos de satisfacción y buen rollo. De todo corazón lo digo. ¡Gracias, pues, por recibir tal estima, insisto!

Cada generación se cree destinada a rehacer el mundo. No cejen en intentar cambiar aquello que pueda mejorar la vida del mayor número posible de personas, defendiendo lo auténtico y practicando la resistencia a cualquier tipo de opresión. No solo la de ustedes. Porque la caridad y el ejemplo comienza por uno mismo. Se logra una sociedad mejor sirviendo a la libertad, a la igualdad y a la verdad. Hoy que vivimos en tiempo de posverdades actuando sin parar, o lo que es lo mismo: las mentiras de toda la vida circulando y circulando.  

No se acomoden nunca, en lo posible, al engaño y a la manipulación. Procuren pensar por sí mismos. Los mesías, los gurús..., son puro humo.  

Durante treinta años de historia personal en la enseñanza, perdido en no pocas ocasiones, como todos los seres humanos en cualquier momento de la vida, solo me ha sostenido el hondo sentimiento de transmitir cultura y algunos valores que permitan a los discentes que he tenido enfrente a saber más, para defenderse mejor, y a intentar que fuesen  mejores personas.

La lucha de clases no ha muerto. Esta realidad constituye una de las pocas cosas en las que no se equivocó CARLOS MARX. Y lo digo porque siempre me he sentido más concernido con el alumnado menos favorecido económica y socialmente, pero consciente este de que la formación intelectual era y es su principal motor de promoción personal. ¡Pero sin abandonar a ninguno, que conste! ¡A ninguno que haya querido no ser abandonado! Es mi manera de ser, y eso significa estar al lado de los que yo considero más vulnerables y están dispuestos a salir adelante.  

No me olvido de mis raíces, está claro por lo dicho. Estoy muy orgulloso de mis  padres y de lo que hicieron por mí. Así que no olviden trabajar con denuedo cada día, ni olvidar nunca por mucho éxito que tengan, de donde vienen. Saber y respetar el entorno que nos ha ido formando es una manera, sin duda, de permanecer con dignidad en este mundo. Los desclasados nunca han estado entre mis favoritos. 

Hoy, aquí, ante ustedes, solo soy la voz que han elegido para apadrinar en parte (porque Marta constituye la otra) la ceremonia de graduación de Bachillerato de la promoción 2016/2018. Pero no se olviden de otras voces que están entre ustedes o se encuentran en otros institutos: las de otros profesores, algunos compañeros y otros amigos, que también se han preocupado en enseñarles, no solo los contenidos de sus respectivas materias, sino de la misma manera las eternas verdades con las que se han de enfrentar continuamente en el difícil quehacer vital: el amor y el honor, la piedad y el orgullo, la compasión y el sacrificio. Y además deben agradecerles a Juan, a Sari, y a Pino, muchas cosas que ustedes sabrán mejor que yo. Pero cuatro si las tengo contrastadas: los consejos impartidos, las fotocopias entregadas gratuitamente y los fiados y gratis total en la cafetería. Ellos me convencieron para que escribiera estas palabras. Y a los amigos es difícil negarles alguna cosa. Tampoco me olvido de Manolo y de Luis, al pie del cañón en sus puestos de trabajo. Del gran Paco, don Francisco, del que he aprendido muchas cuestiones de historia de Las Palmas de Gran Canaria, de la Unión Deportiva y de la vida en general. Y traer a la memoria a Antonio, ¡cómo no!, que en los despachos y en los vis a vis hizo por el alumnado aquí sentado, por sus padres, y por tantas promociones, muchísimo; quebrando en parte su salud de una manera fatal. Pero él era de los callados, nunca de los ausentes, y con total entrega a las causas en las que creía. ¡Donde estés, mi sincero afecto! Y a los padres entregados a sus hijos, mi mayor respeto. Se es padre y madre toda la vida. Y al nuevo equipo directivo que han dado lo mejor de sí para que este acto se esté celebrando hoy, y que intentan con esfuerzo resolver, junto al resto del profesorado, los problemas que un rompecabezas como este instituto representa. 

Enseñando se aprende. Y el que no lo entienda así, o bien es un iluso o un megalómano descomunal. Y yo he aprendido de ustedes. ¡No les quepa la menor duda! De cómo han superado tragedias familiares. De materias aprobadas tras un esfuerzo titánico. De remontar el vuelo con el corazón dolorido por las desazones de la adolescencia... He visto, y no pocas veces, cómo convertían la necesidad en virtud. Toda una lección para un viejo cascarrabias y desengañado de muchas cosas como yo.

Espero haberles inculcado algo en relación a las bondades del estudio, del esfuerzo, de la capacidad de avanzar ante los obstáculos. Que les haya ayudado a conocerse un poco más a sí mismos, a tomar decisiones adecuadas en momentos difíciles o a ser más íntegros como personas. Y a no odiar la Historia Contemporánea Universal y de España y de Canarias, y la Geografía Humana.

En fin, les deseo un futuro lleno de oportunidades. Pero hay que ser valientes. Si caen en la debilidad o en el temor todo será más difícil. Querer es poder. Graben en sus cabezas, a fuego, estas tres palabras. Y mientras pueda, que sepan, no dejaremos de tomarnos algunas copas juntos en las noches de esta ciudad donde todo es posible. Un fuerte abrazo. ¡Gracias por el cariño que me han transmitido!










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