En la época de cuando <<Él habitaba entre nosotros>> (antológicas palabras de José A. Alemán Hernández) la censura venía impuesta, pero lo más triste que observo es que la autocensura es producto logrado de la democracia. El miedo a definirse y a ser consecuente con esa definición, actúan como eficacísimas armas para abrazar el miedo cotidiano. ¡Tremenda jodienda, oiga!
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