Cada 2 de enero recuerdo que contigo empezó lo bueno y lo auténtico. Y me gusta pensar, muy especialmente en este día, que no hemos dejado nunca de ser universos paralelos; aunque el dolor, enérgico conquistador de voluntades, se reinterpreta con la idea de no irse nunca.
(Valentín Medina Rodríguez)
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