Nivaria Tejera, en el Camino Largo (San Criastóbal de La Laguna), junto a Pedro García Cabrera.
Cuando la magua me atrapa vuelvo sobre los pasos de la poesía, siempre actual por trascendente, de Pedro García Cabrera. Y ahí me reconcilio nuevamente con la vida en la vida.
(VMR)
El aire entraba en mí sin encontrarme.
En el globo cautivo de mi pecho
me contaba las islas invernadas,
las agudas piteras, los barrancos,
los desmandados mares sin adioses.
Y persiguió los pozos de las venas,
las galerías de los instintos,
las puertas de las cámaras vitales.
Y se marchó de mí sin encontrarme.
Yo me hallaba tan hondo y tan espejo
que era invisible al aire.
En el globo cautivo de mi pecho
me contaba las islas invernadas,
las agudas piteras, los barrancos,
los desmandados mares sin adioses.
Y persiguió los pozos de las venas,
las galerías de los instintos,
las puertas de las cámaras vitales.
Y se marchó de mí sin encontrarme.
Yo me hallaba tan hondo y tan espejo
que era invisible al aire.
(Pedro García Cabrera)
No hay comentarios:
Publicar un comentario