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Siempre he sabido que aquella huida te <<emocionaba como una liberación>>. Cuatro palabras luminosas de Carmen Laforet en su obra Nada: las que ella misma sintió cuando se trasladaba de Barcelona a Madrid; las que iban a suponer pasar de lo negro a lo blanco, en un alma ya contagiada de pus. Querías dejar atrás, por tu lado, la opresión de la familia y de los lugares ya conocidos, y de todo lo conocido, quizá. Esta es la jodienda de la vida: que unos se van y otros se quedan con el recuerdo; que unos se liberan y otros se comen las palabras que nunca más podrán decir. Te echo de menos, y mucho, ahora que hay luz en este verano: que no es más que un ciclo de las estaciones repetitivas. ¿Cómo volverá a ser el tiempo de la oscuridad, una vez que llegue envuelta en una repetición más?
(VMR)
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