La imposición de un pensamiento único. La sustitución de la lucha de clases por la conciencia comunitaria. Si te sales en Cataluña de este guion, pensamiento único-conciencia comunitaria, lo pasas verdaderamente mal; sobre todo en las zonas rurales, donde el personal no es que se haya tirado al monte, sino que vive en el monte del odio y del fanatismo. Un héroe de la libertad, como Albert Boadella, está siendo asediado por los colaboracionistas del régimen de la verdad única. Le atacan a él, uno de los grandes artistas catalanes, y al que admiramos muchos, dentro y fuera de Cataluña. Él sí que representa a la Cataluña universal, creadora, acogedora de culturas diversas, señorial. En definitiva, lo quieren poner en el disparadero para que se marche de su tierra: él, catalán de varias generaciones, al estilo de los castellanos viejos que se salvaban de la Inquisición.
(Valentín Medina Rodríguez)
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