Y es tanto el vacío, que te infliges dolor para sentirte con vida. Y entonces ya no es dolor: son las heridas, que hablan por ti, palabras de sangre. Porque tú estás cada vez más mudo, más vacío hacia dentro, más vaciado por dentro, mientras el mundo rebosa de forma intolerable para tu conciencia de estar vivo y, sin embargo, muerto, mudo, contemplando la opresión del mundo rebosante contra tus tabiques vacíos.
(José Carlos Cataño)
Fuente en la Red: http://josecarloscatano.blogspot.com.es/ Fecha de consulta: 12.4.2016
No hay comentarios:
Publicar un comentario