El PNV de Arzalluz fue el que consideró normal establecer la mayoría nacionalista mientras a sus partido [s] rivales los esquilmaba ETA matando a sus dirigentes; el que miraba hacia otra parte cuando las víctimas eran culpabilizadas con el "algo habrá hecho"; el que siempre se opuso a las medidas que acabaron derrotando a la banda: desde las solicitudes de extradición de etarras hasta la Ley de partidos. De Arzallus son frases escandalosas tratando a los autores del terrorismo callejero como jóvenes desacarriados; argumentos indecentes como aquellos con los que despreció a Pilar Ruiz, la madre de Joseba Pagaza, recién asesinado; o testamentos como el "Idos, idos, que ancha es Castilla", con el que despidió de Euskadi a quienes se vieron forzados a marcharse por la amenaza de ETA.
(ÁNGELES ESCRIVÁ, EL MUNDO, 1.3.2019)
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