PREFERIR
¿Hay que optar? Pues lo hago por los que aman, sufren, sienten, respiran. Por la escritura que reescribe sentimientos, que los inventa: en la página en blanco, en las retamas blancas que el viento atemoriza. También por todos aquellos que ven más allá de las simples apariencias, y sienten las dobleces, las fealdades interiores que pueden esconderse tras bellas sonrisas. Pero al mismo tiempo por el intenso cromatismo mediterráneo. Y crece en mí, pues, el recuerdo de Sicilia (isla-luz de tantas culturas) donde aún parezco escuchar en Taormina los pasos del corifeo. Y el rostro de la vida urbana y nocturna como privilegiada fuente de inspiración se extiende por igual a mi querencia (no hay más que mencionar a Toulouse-Lautrec: el hombre-artista noctívago alcoholizado). Escojo, además, como puerta que se abre al pasado, la plástica mitológica de Antonio Canova: su Amor y Psiquis: que en pleno mármol se aman.
NOTAS
NOTAS
- Disponible en: http://arte.observatorio.info/2008/01/amor-y-psique-canova-1793 [Fecha de consulta: 7.2.2013]
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