JOSÉ CARLOS CATAÑO [SAN CRISTÓBAL DE LA LAGUNA, 1954]. LLEVA VIVIENDO EN BARCELONA DESDE 1974, AÑO EN QUE ABANDONA SU ISLA NATAL. POETA, NARRADOR, ENSAYISTA...
Dijeron que por aquí no existía corrupción. El oasis. Que la corrupción se pudría en el Sur, y en Madrid. Ah, los malos siempre están afuera. Nosotros, tan europeos, tan distintos, tan genoveses; pero con tan poca memoria como para olvidar los versos de Espriu: "Oh, que cansat estic de la meva/covarda, vella, tan salvatge terra, /i com m'agradaria allunyar-me'n,/nord enllà,/on diuen que la gent és neta/i noble, culta, rica, lliure,/desvetllada i feliç!". Con tan poca memoria para todo. Como para volver a cerrar la ciudad al mar. Para seguir destruyendo fachadas nobles y sobrias, las pocas que continúan en pie. Todo ha sido una pátina, un entusiasmo y un engaño consentidos poco después del asentamiento de la democracia. Porque estos pueblos ibéricos, con diseño y arte modernos, no han dejado de ser rudos y sanguinarios, amantes de la destrucción y del oro fácil. Así que yo me voy mientras tanto a la piscina, como el praguense escribió que se fue el día que estalló la Gran Guerra. Mi piscina, en la tarde de ayer, eran los laboratorios fotográficos en los que se empezarán a imprimir las imágenes de Cristales de ultramar, muestra de treinta fotomontajes que el 20 de febrero se inaugura en una galería de Sarrià.
Fuente: http://josecarloscatano.blogspot.com.es
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