...Cuando se da prioridad a la ideología, los hechos históricos se esfuman por la ventana...
Resulta significativo que la Generalitat haya preferido poner toda la organización del año 1714 en manos de periodistas y no de historiadores, en los que, por supuesto, no puede confiar. No es la primera vez [ni será la última, agrego] que los gobiernos creen que los historiadores son un peligro. Los historiadores prefieren trabajar dentro de los límites de lo que indica la evidencia [la mayoría, apostillo; otros se venden al poder de turno], los políticos tienden a considerar la evidencia innecesaria, porque ya tienen una visión preestablecida del pasado.
[KAMEN, Henry: "Las excavaciones de la memoria", EL MUNDO (Madrid), 17.1.2014].
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