¿Y QUIÉNES SOMOS NOSOTROS, CONOCIENDO ESA ULTIMA VOLUNTAD...?
Eli, Eli Lamma sabacthani
[Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?]
¡Qué solo el Mesías esperado, heredero de David!
¡Qué solo el Hijo de Dios!
¡Qué solo lo describe el publicano Mateo/Leví, cuando Él entregaba su alma!
Cima del sufrimiento.
A partir de este hecho, de sangre y de muerte, nació en el hombre como nunca antes una parte de su identidad: la soledad que nos acompaña a cada paso.
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