El arte suele arruinarse por la economía. Y no soy el primero que lo digo. Se comercializa como si fuera un producto cualquiera, y compra almas artísticas, verdaderamente bellas, para que terminen creando en cadena. El arte no puede entrar en la división social del trabajo. Corresponde a lo más íntimo del ser humano. Y tampoco puede ser comprendido en su esencia por todo el mundo.
(VMR)
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